martes, 1 de junio de 2010

Els amants (Vicent Andrés Estellés)

Se conocieron en la juventud y rápidamente surgió una bella y salvaje historia de amor. Hoy son ya unos ancianos que prácticamente ni se reconocen en las fotografías en blanco y negro que decoran su salón; atrás quedaron esas tórridas noches, esos ardientes besos robados, esas caricias pícaras. Atrás quedaron, más no lo olvidaron...


No hi havia a València dos amants com nosaltres.
Feroçment ens amàvem del matí a la nit.

Tot ho recorde mentre vas estenent la roba.
Han passat anys, molt anys; han passat moltes coses.



De sobte encara em pren aquell vent o l'amor
i rodolem per terra entre abraços i besos.
No comprenem l'amor com un costum amable,
com un costum pacífic de compliment i teles
(i que ens perdone el cast senyor López-Picó).



Es desperta, de sobte, com un vell huracà,
i ens tomba en terra els dos, ens ajunta, ens empeny.
Jo desitjava, a voltes, un amor educat
i en marxa el tocadiscos, negligentment besant-te,
ara un muscle i després el peço d'una orella.




El nostre amor és un amor brusc i salvatge
i tenim l'enyorança amarga de la terra,
d'anar a rebolcons entre besos i arraps.



Què voleu que hi faça! Elemental, ja ho sé.
Ignorem el Petrarca i ignorem moltes coses.
Les Estances de Riba i les Rimas de Bécquer.



Després, tombats en terra de qualsevol manera,
comprenem que som bàrbars,i que això no deu ser,
que no estem en l'edat, i tot això i allò.

No hi havia a València dos amants com nosaltres,
car d'amants com nosaltres en són parits ben pocs.









No había en Valencia dos amantes como nosotros.
Ferozmente nos amábamos de la mañana a la noche.
Lo recuerdo todo mientras tiendes la ropa.
Han pasado años, muchos años; han pasado muchas cosas.

De pronto aún me atrapa aquel viento o el amor
y rodamos por el suelo entre abrazos y besos.
No comprendemos el amor como una costumbre amable,
como una costumbre pacífica de cumplidos y telas
(y que nos perdone el casto señor López-Picó).


Se despierta, de pronto, como un viejo huracán,
y nos tumba a los dos en el suelo, nos junta, nos empuja.
Yo deseaba, a veces, un amor educado
y el tocadiscos en marcha, negligentemente besándote,
ahora un hombro y después el lóbulo de una oreja.


Nuestro amor es un amor brusco y salvaje,
y tenemos la añoranza amarga de la tierra,
de andar a revolcones entre besos y arañazos.

¡Qué queréis que haga! Elemental, ya lo sé.
Ignoramos a Petrarca e ignoramos muchas cosas.
Las Estancias de Riba y las Rimas de Bécquer.


Después, tumbados en el suelo de cualquier manera,
comprendemos que somos unos bárbaros, y que esto no puede ser,
que no estamos en la edad, y todo esto y aquello.


No había en Valencia dos amantes como nosotros,
porque amantes como nosotros se han parido muy pocos.





A Vicent Andrés Estellés se le amontonaban los sentimientos y estos se agolpaban en sus dedos, resbalando delicadamente en cada uno de estos versos. Poema originalmente en valenciano, que os regalo en ambos idiomas.
























...Tomaos vuestro tiempo y saboread cada palabra,
paso libre a la imaginación, abrid las alas *

1 soplos de aire fresco:

Anónimo dijo...

Precioso

Publicar un comentario