miércoles, 20 de julio de 2011

...reflexionando *

Y es que, a veces, antes de encontrar algo



...hay que perderse un poco *

domingo, 17 de julio de 2011

...sentimientos enfrentados *

Cuando la única persona con la que necesitas hablar, la única voz que te tranquilizaría escuchar, el único abrazo que deseas sentir, es de aquel al que no puedes (ni debes) acudir... todo se convierte en un auténtico infierno.

La cabeza y el corazón me mandan mensajes contradictorios entre los cuales no sé decidirme. Mi corazón me empuja a no callarme lo que siento, a llamar sin miedo a no recibir respuesta, a perseguir mi sueño, a luchar por lo que quiero; sin embargo, mi cabeza dice que grite en silencio, que no agobie, que deje espacio, que el tiempo todo lo cura. Sentimientos enfrentados... ¿hablar o no hablar?, ¿llamar o no llamar?, ¿decir lo que siento o callar?. En definitiva, ¿luchar por lo que quiero o conformarme con lo que hay?. Y si decido luchar... ¿cómo voy a hacerlo si esto es cosa de dos?

Pero dentro de todo este gran lío tengo una cosa clara, solo una, pero importante. No puedo perderte como amigo también, porque como dice la canción "nadie como tú sabe adivinar a dónde voy, nadie pudo descubrir lo que yo realmente soy, nadie más que tú...". Y eso no puedo permitirme el lujo de perderlo.


¿Y tú? Solo espero que por fin hayas vuelto a sonreir y que sepas que, cuando estés preparado, hay una amiga en mí...

viernes, 15 de julio de 2011

...si tú no vuelves *




Sin más, eso es todo lo que necesito decir.

...y ahora? *

Después de casi un año... se acabó. Hace tan solo un año empezaba nuestra bonita historia de amor: esas miradas, esas noches largas mirando las estrellas, esos besos robados, ese mes de okupas en casas ajenas, esas despedidas en la estación de autobuses, esos reencuentros llenos de alegría y de pasión. ¿Y ahora qué? Es absurdo buscar razones, explicaciones, justificaciones; cuando el amor se acaba no hay más que hacer. Es cosa de dos y si tú decaes, yo también. Pero resulta raro, ¿verdad? decir que todo... ¿se acabó? 

Mentiría si dijera que no estoy triste, pues deseo despertarme y que todo haya sido una terrible pesadilla... No obstante, tengo que agradecerte todo lo que me has hecho sentir, todo lo que he sido estando contigo, todo lo que has hecho por mí (locura es poco...).

Así es nuestra historia, llegó por sorpresa y se marchó de repente: "...miente si un día te marchas de la forma en que entraste en mi ser"

Gracias peke, de corazón *


domingo, 10 de julio de 2011

...cuando solo unos pocos ven *

Siempre me he sentido afortunada porque trabajo en algo que me llena, que me entusiasma, que me entretiene; porque estoy deseando que llegue el lunes y, cuando se acerca el viernes, quiero parar el tiempo; porque me levanto con una sonrisa de oreja a oreja y, aunque tenga un día malo, intento regalar abrazos; porque, aunque trabaje una media de 23 horas diarias, para mí siempre fueron unas "vacaciones pagadas".

Pero ahora... ahora es un infierno, una obligación. Una de las personas que está por encima de mí lo está consiguiendo, no nos entendemos, es falsa como nadie pero solo unos pocos lo vemos (esos pocos de los que ha decidido deshacerse bien rápido con comentarios negativos, con caras largas, con faltas de respeto sutiles). Sí, ya véis lo muy profesional que es...

¡Qué triste que personas dispuestas a trabajar de gratis como los que más ya no quieran volver! ¡qué triste escuchar a quienes años anteriores se desvivían por su trabajo decir que no quieren estar allí! ¡qué triste escuchar a tu jefe afirmar que, mientras funcione y le quite trabajo para él será suficiente, independientemente de la profesionalidad de sus empleados! ¡qué triste que se le justifiquen acciones que a otros se les penaliza y reprocha! ¡qué triste escuchar que "antes que los niños van los monitores" y que "allí no estamos para educar, sino para divertir"!

Me niego: soy educadora, maestra, monitora, amiga, compañera; no soy un payaso ni un títere a quien manejar a su antojo. Se acabó, aunque me pese, hasta que mi jefe abra los ojos y esa mala pécora abandone su puesto de trabajo.