Disfrutar de un concierto en directo, a 391 kilómetros de tu casa, rodeada de personas desconocidas y reunidas allí con un objetivo común: botar, cantar, gritar y rimar hasta no poder más. No tiene precio.
Que pidan un fuerte aplauso para ti y tu amiga como cierre del concierto, para agradecer el gesto que has tenido de pegarte un viaje tan largo para solo estar 12 horas en la ciudad, únicamente por verles a ellos. No tiene precio.
Pero que luego, te regalen minutos de su preciado tiempo, charlen tranquilamente contigo, te lo agradezcan nuevamente en privado, se presten a tomarse la última contigo en una plaza cercana, se echen unas risas contigo. Descubrir que no a todos se les sube la fama a la cabeza y que son unas personas geniales. Eso, eso es increíble y tampoco tiene precio :)
...que los planes de última hora siguen siendo los mejores *
5 soplos de aire fresco:
Hay cosas que no tienen precio!..
Y las que describes son ciertamente parte de ellas!.. Lindo escrito!..
Saludos
El Hada
¿y quienes eran ellos?
Me gusta todo lo que trasmites en esta entrada!
:)
Dioooooooooooos!!
te pasó eso a ti?
que envidía ( de la buena eh jaja), y que bonito:)
quebuenasensacion!:D
¿De quién era el concierto?
Eso sólo me ha pasado con una persona, Z!.
Un besote
yo conozco desde hace poco a capman
y ojalá algún día yo pueda vivir la décima parte de lo que vivite tu
por cierto sigo tu blog a menudo es muy bueno
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