miércoles, 24 de febrero de 2010

Pi-piii

...Hace mucho aire y llueve. Tec-tec, tec-tec. Lleva un tiempo con el intermitente derecho encendido porque necesita cambiarse de carril, pero a nadie parece importarle. Por fin consigue pasar detrás de ese gran automóvil rojo, un autobús que no solo no le ha cedido el paso, sino que ha acelerado más. Se para. ¿Qué pasa ahora?. Presiona el claxon para llamar la atención de ese supuesto coche, parado en pleno carril bus, que ha ocasionado tal parón. Pi-piiii. Nada, no se mueve nadie. Pi-piiii.
Un autobús escolar hace su aparación y como si nada desaparece en el horizonte. Bien, a ver si ya puedo seguir con la marcha normal, pero ¿qué haces? ¿qué pasa, no tienes suficiente carril para ti solo que tienes que invadir parte del mío?. El dichoso autobús rojo se ha propuesto hacerle la tarde un poco más larga y lo está consiguiendo, está poniendose de los nervios. Llega tarde y ese maldito autobusero... ¿de qué va? Con un poco de insistencia consigue adelantarle y, en el semáforo, se encuentran de nuevo.
El conductor, oculto tras sus gafas de sol, la mira con cara arrogante y una actitud un poco prepotente. Ella le mantiene la mirada desafiante, ¿qué se pensaba?. Entonces él empieza a hacerle gestos en plan de "veo que te gusta tocar el pito". Pues sí, ¿y tú de qué vas? ¿qué creías, que me iba a callar porque eres más grande? ¿o porque eres un hombre? ¿qué te has creído?. Se quita las gafas y sigue con mirándola mientras se ríe, ¿pero será g**********?. Él toca el claxon para cabrearla más todavía y ella le devuelve ese estridente sonido. Tras esto él ya no aguanta más la mirada y decide arrancar saltándose, eso sí, un semáforo del mismo color que su gran autobús. ¡Definitivamente, es im*****!
Ella arranca cuando se pone en verde, le adelanta y se despide de él. Pi-piii
...sí, es cierto que cuando conduzco me transformo pero también lo es que ese tipo no tenía nada de razón *

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