lunes, 26 de abril de 2010

...reencuentro *

La estación de tren no es el lugar idóneo, pero se conforman. Ella acaba de bajar del tren y entonces lo ve, se acercan sonriendo y se funden en un fuerte abrazo.


No son novios, ni nunca lo han sido;

no se gustan, ni nunca lo han sentido;

no son hermanos, pero como si lo fuesen.


Se conocieron un verano y desde entonces algo les mantiene conectados, algo especial. Les separan 355 kilómetros, pero aprovechan la más mínima ocasión para verse. Así, se vuelven a mirar a los ojos, no pueden creerse que al fin estén el uno frente al otro, después de dos años... Saben que solo disponen de unas horas porque ella cogerá otro tren en breves, pero se conforman: más es eso que nada. Se vuelven a abrazar. Se cogen de la mano y comienzan a hablar, a ponerse al día sobre sus vidas, a recordar viejos tiempos. No dejan de mirarse a los ojos en ningún momento, ni de regalarse sonrisas y abrazos, tienen que aprovecharse porque ¿quién sabe cuántos años pasarán hasta que vuelvan a verse? Ni lo piensan, quieren disfrutar.




















"Nada se me ocurre, nada es suficiente para decir lo que tengo yo adentro.
Lo nuestro es tan genial que nadie puede decir que lo entiende,
porque no es así"

viernes, 23 de abril de 2010

...motivada

No sé si será por el buen tiempo, o porque ya no me veo tan agobiada como hace unos meses, o porque basta que te quiten algo para que lo quieras. El caso es que estoy motivada y me muero de ganas por hacer mil cosas...


ir en bici a la universidad



pasear por la playa descalza



probarme ropa



leer bajo la sombra de un árbol



disfrutar de la naturaleza en el campo con los amigos



bailar hasta que me duelan los huesos



ponerme tacones para pisar fuerte



hacer la croqueta en la playa



quedar con Té y reirnos un rato



reunirme con mis antiguos compañeros de trabajo



ir a algún concierto a Madrid



desaparecer en mi burbuja



cenar con los amigos de siempre



etc.















...Sí, tengo ganas de disfrutar de la vida *

miércoles, 14 de abril de 2010

...signo de admiración [ ! ]

Signo de admiración de Capman mezclada con un poema de Daniel Orviz, ¿existe mejor combinación? Por favor, regalaros cinco minutos y disfrutar de esta letra, esta música, este momento. A mí personalmente me encanta y me ha enganchado... ¡es tan sincero, profundo y bonito!



Hay una charco de lágrimas donde veo los tebeos de mi fascinación, y una capa de recreos donde aprendí a caminar. Quedan a mis espaldas y veo tus jadeos en mi cuello. Ser pequeño puede estar tan lejos. Ser pequeño es digno de admiración.


Signo de admiración, te quiero, signo de admiración.Y cierro los ojos, la boca, los miedos, los huesos.



Signo de admiración y abro, vámonos, vámonos a pintar la ciudad de rojo, regalar sonrojos, quitar el cerrojo. Vámonos, vámonos al ascensor parado, al vagón de metro, al mejor momento. Vámonos. Signo de admiración.



Y cierro otra puerta y adiós decepción, signo de admiración.

Y abro otra opción y entra la sangre.

Y cierro otra puerta que abres con la radiografía de mi corazón.


Joder, y eso que aún no te conozco...


¡Quiéreme!

Manifiéstate de súbito. Choquémonos como por arte mágico en el Bukonbski un miércoles. Pidámonos disculpas. Intentemos tirar el muro gélido diciéndonos las cuatro cosas típicas. Invitémonos a bebidas alcohólicas. Escúchame decir cosas estúpidas y ríete. Sorpréndete valorándome como oferta sólida.



Y a partir de ahí, ¡quiéreme!


Acómpañame a mi triste habitáculo. Relajémonos y pongamos música. De pronto, abalancémonos como bestias indómitas. Mordámonos, toquémonos, gritémonos. Permitámonos que todo sea válido. Y sin parar follémonos, follémonos hasta quedar afónicos, follémonos hasta quedar escuálidos.


Y al otro día, ¡quiéreme!


Unamos nuestro caminar errático. Descubramos restaurantes asiáticos. Compartamos películas. Celebremos nuestras onomásticas regalándonos fruslérías simbólicas. Comprémonos un piso. Hipotequésmolo. Llenémoslo con electrodomésticos y regalémosle nueve horas periódicas a trabajos insípidos que permitan rellenar el frigorífico.


Y mientras todo ocurre ¡solo quiéreme!


Continua queriéndome mientras pasan espídicas las décadas. Dejando que nos arrogen al hospital geriátrico. Inválidos, mirándonos sin más fuerza ni diálogo que el eco de nuestras vacías cáscaras.


¡Quiéreme!


Para que pueda decirte cuando vea la sombra de mi lápida ojalá, ojalá como dijo aquel filósofo el tiempo sea cícilico y volvamos reencarnándonos en dos vidas idénticas. Y cuando en el umbral redescubierto de una noche de miércoles pretérita, tras chocarme contigo girándote me digas "Uy, perdóname". Ruego que permita el Dios auténtico que recuerde el futuro de este cántico. Y anticipándolo pueda mirarte directo a los ojos. Y conociéndolo muy bien y sabiendo el devenir de futuras esdrújulas destrozando de un pisotón mi brújula te diga solo "quiéreme"...



Vámonos, vámonos a pintar la ciudad de rojo, regalar sonrojos, quitar el cerrojo a esta puta prisión. Vámonos, vámonos al ascensor parado, al vagón de metro, al mejor momento que encuentre el amor. Vámonos. Signo de admiración.


Y cierro otra puerta y adiós decepción, signo de admiración.
Y abro otra opción y entra la sangre.

Y cierro otra puerta que abres con la radiografía de mi corazón.


...Joder, y eso que me muero de ganas de conocerte *


lunes, 12 de abril de 2010

...¡impotente!

- No entiendo cómo me pude enamorar de un tío como tú - dijo su voz desde el otro lado del teléfono.

- Vete a tomar por culo - respondió él antes de colgar el teléfono.



"Un tío como tú..." Desde luego no se merece ese comentario. Él no. Me siento tan impotente de no poder hacer nada para evitar su rabia y su dolor... Noto su rabia en la distancia, leo sus palabras desde el otro lado de la pantalla e imagino su mirada (esa que dice todo sin abrir la boca) y me pregunto cómo alguien a quien ha querido tanto, por quien ha dado absolutamente todo y por quien tantas veces se ha mordido la lengua se atreve ahora a desvalorarle de esa manera. ¿Pero cómo se atreve?, ¿quién se cree que es? No sabes lo que acabas de perder... Porque ese "tío" es uno de las mejores personas que conozco, de las más importantes en mi vida y, todo sea dicho, nunca vas a encontrar ninguno como él, ni siquera uno que le llegue a las suelas de los zapatos. Y ahora vienen las disculpas y los lloros...



...cuida tus palabras, puede que un día falle la marcha atrás *