martes, 11 de agosto de 2009

Querido amigo,

Hace tan solo tres días que empezaste esta cura de desintoxicación radical y te echo de menos, así que hoy empieza mi terapia particular. Yo no puedo estar un mes sin hablarte, ayer te vi conectado pero no te dije nada porque es lo que tú has decidido y yo te apoyo, hagas lo que hagas; pero se me hace cuesta arriba todo, y más aún sabiendo que no “puedo” hablarte... ¿a ti no te pasa? Así que he decidido escribirte una carta cada día, contándote lo que te diría en circunstancias normales y quién sabe, igual algún día sabes todo aquello que hoy por hoy mis labios callan y solo mis dedos escriben...

Llevo unos días que no soy yo, solo hago que arrastrarme de un lado a otro, solo me apetece dormir y que pasen estos días de mierda rápido. El sábado, cuando quedamos por última vez fue todo muy raro, no me gustó nada verte así. La impotencia de no poder hacer nada para sacarte una sonrisa me hacía sentir peor de lo que ya se siente una sabiendo que se ha metido donde no la llaman. Solo hago que incordiar en tu vida, pero de verdad que esto no lo tenía ni pensado y solo me arrepiento de haberte rallado hasta este punto. Lo cierto es que no me esperaba esta reacción, esperaba que todo quedase allí y punto, que al salir todo volviese a la normalidad. Eso es justo lo que tú dijiste la primera noche: “pase lo que pase, no ha pasado nada...”. Reconozco que también lo habría pasado mal, ¿para qué engañarnos? Pero esto es peor; el simple hecho de replantearte tu relación, el decirme que conmigo has sentido cosas que hacía mucho no sentías me ha llevado a este estado de shock...


Lloré mucho aquella noche y sé que tú también lo hiciste, aunque prometiste que no lo harías esas cosas no se pueden controlar. Odio las despedidas y aquello era una en toda regla, no me digas que no. Quiero verte sonreír, quiero verte feliz. Quiero que pronto llegues a tu corazón y lo escuches atentamente y cojas tu camino; quizá no es ella, quizá no soy yo, pero tienes que llegar a él cuanto antes, hazlo por ti.


Pensándolo bien, esto también me irá bien a mí. He sentido demasiadas cosas en muy poco tiempo, y todos sabemos que aquello es un mundo paralelo donde todo se intensifica más. Supongo que, al fin y al cabo, esto es lo mejor par los dos.

Ahora estarás de vacaciones con ella, así que espero que no me eches mucho de menos, lo cual significará que el tiempo está poniendo a cada cual en su sitio. Mientras, yo te espero aquí, sentada frente al ordenador, escuchando a Manolo García...



Nana del marinero, nudo de antojos,
que nadie te amará tanto como yo.
Si ahora pudiese estar mirando tus ojos,
¿iba a estar escribiendo aquí esta canción?
Y esperaré, y si no vuelves,
bajo el olivo me quedaré dormido,
y dormiré entre libros prohibidos,
al olvido de un tiempo que añoro,
el que viví contigo.

1 soplos de aire fresco:

Cristina Poulain dijo...

Ayssss que bonito.
Las cosas no pasan porque no tienen que pasar, a lo mejor no era el momento, o alguien mejor te espera. Sólo el tiempo lo dirá.

Un beso

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